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Mostrando entradas de agosto, 2018

El Apego

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Seguro que muchos de vosotros habéis oído hablar del apego, pero ¿qué es exactamente el apego y por qué es tan importante? El término “apego” fue desarrollado por primera vez por John Bowlby, que lo define como cualquier forma de conducta que tiene como resultado el logro o la conservación de la proximidad con otro individuo claramente identificado al que se considera mejor capacitado para enfrentarse al mundo. Las personas, cuando nacemos, tenemos una capacidad limitada para regularnos. No somos capaces de regular nuestras emociones o nuestro sistema fisiológico por lo que dependemos de otra persona que nos enseñe a hacerlo. El apego es un sistema de conexión social que sirve para desarrollar relaciones afectivas y vinculares. Las primeras relaciones de apego nos enseñan a regular la estimulación interna y externa. Esta regulación relacional, facilita el desarrollo de una de las áreas del cerebro responsable de la regulación de la actividad fisiológica: el córtex prefrontal

Emociones básicas, ¿para qué sirven?

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Existen una serie de emociones básicas que son necesarias para la supervivencia humana. Depende del libro que leas o el autor que consultes, estas emociones pueden ser unas u otras, lo que hace pensar que no hay todavía un consenso acerca de cuáles son básicas y cuáles no. En este post me voy a centrar en las que yo considero básicas para un buen desarrollo personal. Estas emociones son: la alegría, el amor, la curiosidad, el miedo, la rabia y la tristeza. Normalmente las emociones se dividen en positivas o negativas, pero esa es una división que personalmente no me gusta. Las palabras tienen connotaciones y si decimos que algo es negativo ya le estamos dando un valor “malo” y ninguna emoción es mala. Todas las emociones existen por algo, tienen una utilidad, si no, habrían desaparecido con el tiempo. La división que yo prefiero es emociones “agradables y desagradables”. Está claro que es mejor sentir alegría que tristeza o amor antes que miedo, pero eso no hace que la alegría