Trastorno de Identidad Disociativo

El trastorno de identidad disociativo es lo que comúnmente se conoce como trastorno de la personalidad múltiple. Este término puede dar lugar a error ya que lo que caracteriza a este trastorno es la presencia de dos o más IDENTIDADES o estados de personalidad. Cuando hablamos de este problema no nos referimos a que dentro de un cuerpo vivan diferentes personas sino que ciertos aspectos de la identidad de la persona están disociados.

Antes de continuar, es importante entender qué es la disociación y en qué momentos se puede producir. La disociación es un estado de completa absorción de ciertos aspectos de la experiencia combinada con la total falta de conciencia respecto a otros aspectos. Cuando una persona se disocia es como si su cerebro se apagara durante un momento. Se da una dificultad para integrar elementos de la percepción, la memoria, la identidad y la conciencia. Por lo general, este fenómeno aparece como una defensa contra el trauma. La disociación permite a las personas mantener una sensación de control psicológico cuando experimentan una sensación de impotencia y de pérdida de control sobre sus cuerpos. Permite que la persona se abstraiga de la situación traumática mientras está ocurriendo. De esta forma, es como si el trauma no hubiera ocurrido.

El problema con la disociación es que si se da de forma repetida, puede dañar distintas partes del cerebro como el hipocampo (región encargada del almacenamiento de la memoria) y el área de Broca (responsable del lenguaje). Por lo que aunque de algún modo puede parecer beneficioso como mecanismo de defensa, puede acabar limitando la capacidad del cerebro para afrontar los recuerdos traumáticos, lo que hará que la persona no pueda trabajarlos de forma saludable para que no afecten a su día a día.


El trastorno de identidad disociativo implica la presencia de dos o más identidades o estados de personalidad distintos. Cada una de estas identidades tiene su manera propia de percibir el mundo, de relacionarse con los demás y su propia forma de pensar acerca del ambiente y de sí mismo. Cuando una persona tiene este trastorno, dos o más de esas identidades "controlan" de forma recurrente la conducta de la persona. Cuando una de las identidades toma el control, la identidad dominante, no es consciente de lo que está pasando y cuando esta personalidad dominante vuelve a tomar el control, no recuerda nada de lo que ha dicho o hecho en ese rato.

Como se ha mencionado, la disociación suele ocurrir ante situaciones traumaticas como el abuso sexual o físico, una guerra, catástrofes naturales, etc. En el caso del trastorno de identidad disociativo, suele darse cuando en la infancia se han producido abusos de forma repetida. El niño, para protegerse, crea unos "alters" que al principio son adaptativos ya que le ayudan a distanciarse de la experiencia traumática. El problema es cuando esos "alters" empiezan a ganar autonomía y controlan de forma momentánea a la personalidad principal. Se dice que la personalidad de la persona es la suma de todas las personalidades.

Aunque este trastorno suele aparece cuando se ha producido un tipo de abuso de forma repetida, eso no significa que todos los niños que han sido abusados física o sexualmente vayan a desarrollar este tipo de problemática. Para que esto ocurra, la persona tiene que tener la capacidad de disociarse. Otro factor que influye es si hay o no una figura de cuidado y cariño. Si el niño o niña puede acudir a alguien para que le calme y le ayude en la situación, es poco probable que este trastorno se desarrolle ya que la función de los "alters" es proteger al niño o niña, por lo que si hay alguien que cumple esa función, crear otras identidades no sería necesario.


Generalmente, la personalidad primaria no es consciente de las otras identidades que tiene, pero los "alters" si son conscientes lo unos de los otros. Es más, algunas personas han mostrado intentos de suicidio o dañarse así mismos para hacer daño a otra de las identidades o a la identidad primaria. Las identidades pueden diferir enormemente con la persona. Puede ser de distinto sexo, de edades diferentes, tener distintos conocimientos, usar diferente vocabulario...y cada uno tiene su propio nombre.

Hace unos años, sacaron una serie "United States of Tara" que refleja este trastorno. Se trata de una mujer que tiene cuatro identidades diferentes. Si os interesa este trastorno, os recomiendo la serie. En la literatura encontramos el caso del Doctor Jekyll y Mr. Hyde o Las tres caras de Eva. Uno de los casos más famosos de este trastorno es el caso de "Sybil" que narra la historia de Shirley A. Mason, una mujer que llegó a desarrollar hasta 15 identidades diferentes.

Shirley era hija única. Su madre fue diagnosticada de esquizofrenia. Shirley creció sufriendo abusos repetidos por parte de su madre. Le pegaba palizas, la ataba a una pata del piano durante todo el día, le metía objetos por la vagina, le ponía edemas...todo esto hizo que Shirley se disociara para poder soportar la situación. Tantos fueron los momentos en los que la niña sufrió, que llegó a crear 15 alters para protegerse. Sybil recibió tratamiento y tras 11 años, consiguió unificar todas las personalidades en una sola. Existe un libro en el que se relata esta historia, al igual que dos películas. A día de hoy existe cierta controversia acerca de este caso ya que no se sabe a ciencia cierta si las personalidades eran reales o si Mason se las inventó para conseguir la atención de su psiquiatra.


El tratamiento para este trastorno es largo y complicado. Se suele usar la hipnosis para hacer surgir a las distintas identidades y que poco a poco se vayan uniendo en una sola. Para que el tratamiento tenga éxito es necesario que haya una fuerte alianza terapéutica. En casos muy graves y donde aparecen intentos de suicidio o automutilaciones, es conveniente el ingreso hospitalario.

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