Trastorno bipolar: Ese gran desconocido
¿Alguna vez has oído o dicho: esta persona es bipolar solo porque cambia de opinión rápido o porque pasa de estar animado a enfadado en cuestión de minutos? Seguramente esa persona NO sea bipolar. El trastorno bipolar es un trastorno del estado de ánimo, pero los cambios de "humor" no suceden en un mismo día.
En primer lugar, ¿qué es un trastorno del estado de ánimo? Es bastante intuitivo, pero estos trastornos (como la depresión por ejemplo) se caracterizan porque lo que se ve afectado es el estado del ánimo. Las personas sufren alteraciones del ánimo y pasan de un estado depresivo a un estado de euforia (manía o hipomanía). Durante la etapa depresiva, el estado de ánimo es muy bajo. La persona se siente sin fuerzas y sin ganas de hacer nada. Pueden pasar días en la cama y sin cuidar su higiene personal. Ven todo de color negro y todo les parece un mundo. Por otro lado, cuando están en la fase maniaca o hipomaniaca (se explicará la diferencia más adelante) se sienten con mucha más vitalidad. Sienten que pueden hacer cualquier cosa, como si se fueran a comer el mundo. Muchos se vuelven impulsivos y pueden incluso gastar cantidades elevadas de dinero. Durante esta etapa, muchas veces las personas no son conscientes de su elevado nivel de ánimo y se niegan a reconocer que tienen un problema. Se sienten bien pero no se dan cuenta de que están por encima de lo normal. Las horas que necesitan de sueño disminuyen mucho y tienden a hablar mucho más.
Los episodios suelen durar entre un par de semanas y hasta tres meses si no se recibe tratamiento. Es un trastorno que se diagnostica a partir de los 18 años, pero puede aparecer antes. Entre un estado y otro puede haber un periodo de tiempo en el que la persona esté con un estado de ánimo normal. Algunas personas, sin embargo, tienen un periodo de "descanso" muy breve y pasan de la depresión a la manía/hipomanía rápidamente.
Dependiendo de si la persona sufre de manía o hipomanía durante la fase eufórica, se puede hablar de trastorno bipolar tipo I (manía) o tipo II (hipomanía). La diferencia principal entre manía e hipomanía es el grado de afectación. La manía es un estado del ánimo más elevado. Por lo general, las personas en fase maníaca necesitan atención médica inmediata. Durante esta fase, pueden llegar incluso a tener delirios o alucinaciones y se vuelven muy impulsivos. Las conductas que realizan suelen poner en riesgo su salud (consumo de alcohol y drogas, conductas sexuales de riesgo, etc). La hipomanía sin embargo, no afecta tanto al funcionamiento normal de la persona. El estado de ánimo es más elevado de lo habitual y la persona se siente mucho más activa e incluso puede volverse mucho más productiva, pero no hay síntomas psicóticos ni de alto riesgo.
¿Tiene cura este trastorno? por desgracia, no tiene una cura definitiva. No es algo que pueda desaparecer. Una persona bipolar lo va a ser toda su vida. Lo que sí se puede hacer es disminuir el grado de afectación de los episodios (con medicación) y enseñar a la persona a reconocer los síntomas que indican que va a pasar de un estado a otro. Todas las personas tienen síntomas concretos que indican que el estado de ánimo va a cambiar. Es importante que cada persona aprenda a identificar cuáles son sus síntomas concretos porque varían de una persona a otra.
Algunos ejemplos de síntomas de alerta serían:
- Cuando se pasa de la depresión a la manía, empezar a dormir menos, gastar más dinero, el pensamiento empieza a acelerarse, por lo que el habla también se acelera, se arreglan más...
- Cuando se pasa de la manía a la depresión: Descuido de la higiene personal, pensamientos más catastrofistas, se encierran en sí mismos, pasan más horas en la cama, el apetito disminuye...
Como muchos otros trastornos, esto no afecta solo a la persona que lo sufre sino que también afecta a las personas a su alrededor. Si conoces a alguien que tenga un trastorno bipolar, intenta entender que los cambios de humor no son intencionados sino debido a un fallo en el cerebro y que necesitan ayuda cuando no tienen un estado de ánimo normal. Es importante que los familiares conozcan los síntomas de alerta de la persona para poder pedir ayuda cuanto antes. La medicación que se utiliza varía de una etapa a otra por lo que cuando se da un viraje, hay que cambiar la medicación. Con ayuda de la medicación y de terapia, estas personas pueden tener un vida normal, pero es importante que cuenten también con el apoyo familiar.
En primer lugar, ¿qué es un trastorno del estado de ánimo? Es bastante intuitivo, pero estos trastornos (como la depresión por ejemplo) se caracterizan porque lo que se ve afectado es el estado del ánimo. Las personas sufren alteraciones del ánimo y pasan de un estado depresivo a un estado de euforia (manía o hipomanía). Durante la etapa depresiva, el estado de ánimo es muy bajo. La persona se siente sin fuerzas y sin ganas de hacer nada. Pueden pasar días en la cama y sin cuidar su higiene personal. Ven todo de color negro y todo les parece un mundo. Por otro lado, cuando están en la fase maniaca o hipomaniaca (se explicará la diferencia más adelante) se sienten con mucha más vitalidad. Sienten que pueden hacer cualquier cosa, como si se fueran a comer el mundo. Muchos se vuelven impulsivos y pueden incluso gastar cantidades elevadas de dinero. Durante esta etapa, muchas veces las personas no son conscientes de su elevado nivel de ánimo y se niegan a reconocer que tienen un problema. Se sienten bien pero no se dan cuenta de que están por encima de lo normal. Las horas que necesitan de sueño disminuyen mucho y tienden a hablar mucho más.
Los episodios suelen durar entre un par de semanas y hasta tres meses si no se recibe tratamiento. Es un trastorno que se diagnostica a partir de los 18 años, pero puede aparecer antes. Entre un estado y otro puede haber un periodo de tiempo en el que la persona esté con un estado de ánimo normal. Algunas personas, sin embargo, tienen un periodo de "descanso" muy breve y pasan de la depresión a la manía/hipomanía rápidamente.
Dependiendo de si la persona sufre de manía o hipomanía durante la fase eufórica, se puede hablar de trastorno bipolar tipo I (manía) o tipo II (hipomanía). La diferencia principal entre manía e hipomanía es el grado de afectación. La manía es un estado del ánimo más elevado. Por lo general, las personas en fase maníaca necesitan atención médica inmediata. Durante esta fase, pueden llegar incluso a tener delirios o alucinaciones y se vuelven muy impulsivos. Las conductas que realizan suelen poner en riesgo su salud (consumo de alcohol y drogas, conductas sexuales de riesgo, etc). La hipomanía sin embargo, no afecta tanto al funcionamiento normal de la persona. El estado de ánimo es más elevado de lo habitual y la persona se siente mucho más activa e incluso puede volverse mucho más productiva, pero no hay síntomas psicóticos ni de alto riesgo.
¿Tiene cura este trastorno? por desgracia, no tiene una cura definitiva. No es algo que pueda desaparecer. Una persona bipolar lo va a ser toda su vida. Lo que sí se puede hacer es disminuir el grado de afectación de los episodios (con medicación) y enseñar a la persona a reconocer los síntomas que indican que va a pasar de un estado a otro. Todas las personas tienen síntomas concretos que indican que el estado de ánimo va a cambiar. Es importante que cada persona aprenda a identificar cuáles son sus síntomas concretos porque varían de una persona a otra.
Algunos ejemplos de síntomas de alerta serían:
- Cuando se pasa de la depresión a la manía, empezar a dormir menos, gastar más dinero, el pensamiento empieza a acelerarse, por lo que el habla también se acelera, se arreglan más...
- Cuando se pasa de la manía a la depresión: Descuido de la higiene personal, pensamientos más catastrofistas, se encierran en sí mismos, pasan más horas en la cama, el apetito disminuye...
Como muchos otros trastornos, esto no afecta solo a la persona que lo sufre sino que también afecta a las personas a su alrededor. Si conoces a alguien que tenga un trastorno bipolar, intenta entender que los cambios de humor no son intencionados sino debido a un fallo en el cerebro y que necesitan ayuda cuando no tienen un estado de ánimo normal. Es importante que los familiares conozcan los síntomas de alerta de la persona para poder pedir ayuda cuanto antes. La medicación que se utiliza varía de una etapa a otra por lo que cuando se da un viraje, hay que cambiar la medicación. Con ayuda de la medicación y de terapia, estas personas pueden tener un vida normal, pero es importante que cuenten también con el apoyo familiar.
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